La relación entre Perú y Japón, dos naciones separadas por vastos océanos, pero unidas por una historia de cooperación y amistad, se consolida con un nuevo capítulo prometedor. La reciente declaración conjunta entre la presidenta de la República, Dina Boluarte Zegarra, y el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, marca un hito en esta asociación estratégica integral. El lanzamiento de una ambiciosa hoja de ruta (2024-2033), que contempla 61 proyectos y diversos compromisos, proyecta un futuro de colaboración multifacética y beneficios mutuos para ambas naciones.“La hoja de ruta no solo dinamiza la relación bilateral, sino que además establece un modelo de diplomacia visionaria que otras naciones pueden emular”.
Este acuerdo llega en un momento en que las relaciones bilaterales atraviesan por un “buen momento”, destacó la mandataria peruana. Los lazos entre Perú y Japón no son fortuitos, sino el resultado de más de un siglo de intercambios culturales, económicos y humanos. La comunidad nikéi en el Perú, una de las más grandes y activas de América Latina, es un testimonio viviente de este vínculo, y su aporte ha sido crucial para enriquecer la sociedad peruana.
La hoja de ruta es más que un simple acuerdo político; es una visión compartida de desarrollo y prosperidad. Organizada en cinco ejes clave, busca abordar desde temas político-diplomáticos hasta cooperación económica, social y de defensa. En el ámbito económico, Japón ha sido un socio estratégico en áreas como la minería y la tecnología, pero el acuerdo promete la diversificación de estas relaciones, explorando sectores emergentes como la sostenibilidad y la digitalización.
En términos de cooperación bilateral, ambos tienen mucho que ganar. Japón es reconocido mundialmente por su innovación, eficiencia y respeto por el medioambiente, valores que pueden ser adaptados e implementados en proyectos locales para mejorar infraestructura, educación y salud. Por su parte, el Perú, como líder regional en biodiversidad y recursos naturales, tiene el potencial de convertirse en un socio clave para Japón en sus esfuerzos por garantizar la seguridad alimentaria y energética.
La inclusión del eje “persona a persona” refleja el compromiso de ambas naciones por estrechar los lazos culturales y fortalecer el entendimiento mutuo. Programas de intercambio académico y cultural no solo benefician a los participantes directos, sino que además contribuyen a la edificación de una sociedad más abierta y plural.
Por último, este acuerdo envía un mensaje claro al resto del mundo: Perú y Japón están dispuestos a caminar juntos hacia un futuro de cooperación y desarrollo sostenible. La hoja de ruta no solo dinamiza la relación bilateral, sino que también establece un modelo de diplomacia visionaria que otras naciones pueden emular. La alianza con Japón no solo es una oportunidad, sino además una responsabilidad para aprovechar al máximo los próximos diez años.
Estamos seguros de que esta asociación se tornará más provechosa y esperamos que sus beneficios alcancen también a sus respectivos pueblos.
Extraído de: https://elperuano.pe/noticia/258000-una-alianza-con-vision-de-futuro