Si bien las cifras son alentadoras, es crucial analizar tal avance con una visión integral y tomando en cuenta los retos estructurales que aún enfrenta la economía peruana.
El reciente anuncio del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) sobre el crecimiento del producto bruto interno (PBI) en julio, que alcanzó un 4.5%, trae consigo una mezcla de expectativas y desafíos. Dicho incremento de cuatro meses consecutivos ha sido recibido con optimismo por el Gobierno, que lo ha calificado como el inicio de un proceso expansivo en la economía nacional.
Si bien las cifras son alentadoras, es crucial analizar tal avance con una visión integral y tomando en cuenta los retos estructurales que aún enfrenta la economía peruana.
El ministro de Economía, José Arista, precisó que agosto y setiembre serán claves para consolidar esta tendencia, vaticinando un desempeño económico positivo en el corto plazo.
Tal optimismo gubernamental puede justificarse, en parte, por la recuperación de sectores clave como la minería, el comercio y la construcción, los cuales han mostrado señales de recuperación tras los embates de la pandemia del nuevo coronavirus y la crisis e inestabilidad política.
Sin embargo, este crecimiento económico reciente, aunque imprescindible, no puede interpretarse como una solución definitiva a los problemas nacionales.
Las brechas sociales y económicas persisten y muchos sectores de la población aún no sienten el impacto directo de esta expansión. La informalidad laboral, la inequidad en el acceso a servicios básicos y las dificultades para atraer inversión extranjera continúan siendo obstáculos que limitan el verdadero potencial del crecimiento económico.
Otro aspecto crucial que debe considerarse es la sostenibilidad de este crecimiento. La economía peruana es altamente dependiente de la exportación de materias primas, especialmente de minerales como el cobre y otros. Tal situación la hace vulnerable a las fluctuaciones de los precios internacionales y a la inestabilidad política interna.
Aunque el sector minero ha sido un pilar de la economía nacional, se necesita una diversificación más robusta para reducir la vulnerabilidad y crear nuevas fuentes de empleo y desarrollo a largo plazo que contribuyan con un crecimiento más integral y diversificado en beneficio de todos.
El crecimiento del PBI en los últimos meses es una señal positiva para la economía peruana, pero no debe llevar a la complacencia. Es esencial que el Gobierno implemente políticas que promuevan la inclusión económica, la reducción de la informalidad y una mayor diversificación. Solo así se podrá garantizar que esta expansión sea sostenible y beneficie a todos los peruanos de manera equitativa.
La tarea no es solo crecer, sino también asegurar que el desarrollo económico sea inclusivo y duradero y se convierta en una herramienta efectiva para cerrar las profundas brechas sociales que aún afectan a grandes sectores de la población de nuestro país impidiendo su desarrollo pleno.
Extraído de: https://elperuano.pe/noticia/253309-proceso-expansivo-de-la-economia